Bajo un régimen de funcionamiento correcto, no deberían emitir ningún olor. Influye en gran medida la calidad de la parafina o queroseno con la que se llena el depósito.
Llevando un correcto mantenimiento, por sus propios medio o llevándola a un servicio técnico en caso de dudas, su estufa no debe producir olores de ningún tipo.